6 Valiosas cualidades que todos compartimos
Como seres humanos compartimos una serie de condiciones que a veces nos resultan obvias, pero que si revisamos en conjunto nos pueden sorprender. Una de las primeras condiciones que quizá habrás escuchado o que alguien te habrá dicho, es que “eres única”. Cuando hablo de esta unicidad, no sólo me refiero al concepto o idea: ¡verdaderamente eres única!. No hay ni habrá ningún ser humano como tú en toda la historia de la humanidad, y eso que por lo menos 107 mil millones de personas han habitado la tierra desde sus inicios hasta la fecha. Increíble, ¿verdad?
Saberlo por lo general no cambia nada. Cambia cuando te sientes y sabes única. Cuando eso sucede y te apropias de esta unicidad y la reconoces en ti, te sientes orgullosa y comprometida con la responsabilidad de tu existencia, de la oportunidad de estar aquí y de vivir. Cuando llegues a comprender esta unicidad, sabrás y vivirás consciente de que eres única.
Resulta un dato curioso que cuando una persona se siente única y lo manifiesta, a veces la criticamos, incluso se le dice que “se cree hecha a mano”. Y sí, ¡efectivamente estás hecha a mano! Eres única y cuando interiorizas este conocimiento se vuelve una manera de vivirte. Es entonces, que te das cuenta que la persona que está a tu lado, sea hombre o mujer, mayor o menor que tú, también lo es; puedes revalorar los momentos que has estado con las personas que amas, sabiendo que no se repiten, que son únicas y que hemos coincidido en un espacio-tiempo para vivir nuestra unicidad, comprendernos y maravillarnos. ¿Puedes sentirlo?
Cómo eres única, eres irrepetible. Aunque la ciencia avance y llegue a existir la clonación perfecta, siempre serás irrepetible. Nadie como tú existió ni va a existir y menos que sea igual que tú, con tus mismas historias, experiencias y aprendizajes, que te hacen una persona irrepetible. Porque esa persona aunque se pareciera mucho a ti, no podría tener tus mismos sueños, pensamientos, experiencias y por lo tanto, no podría pensar, sentir, ni vivirse como tú.
Otra condición que compartimos, es que eres indivisible. Ésto implica que eres más que la suma de tus partes. Que tus brazos, piernas, ojos, nariz y boca te pertenecen, y sólo tienen sentido cuando están contigo. Y es tan importante saber y recordarlo, porque sucede que muchas mujeres se sienten incompletas por perder la matriz o un pecho y es comprensible pero no es real, porque en esencia eres indivisible. En cualquier circunstancia, seguirás siendo por siempre tú.
La tercera condición que todas conocemos, es que todas vamos a morir. Eres finita. No sabemos cuándo, ni dónde, ni cómo, pero lo sabemos. Quizás somos el único ser que tiene conciencia de esto. Recordar esta condición te hace reconsiderar el tiempo, aprovechar los momentos, capturarlos, saborearlos, tener conciencia de que todo transcurre y que se acaba cuando se acaba. También te invita a aprovechar los momentos cuando son y las oportunidades cuando llegan. Ya lo dijo el poeta Horacio, Carpe Diem, no confíes mucho en el mañana y aprovecha el instante cuando la vida te presente su maravilla .
Otra condición, que casi siempre olvidamos y nos frustra, es que somos falibles, nos equivocamos. Sin embargo, es por medio del tropiezo, del error y la equivocación que vamos aprendiendo todo en la vida. A veces ¡hay que equivocarse para aprender!. Ya lo dijo bien el pintor Bob Ross: “no hay errores, solo pequeños felices accidentes”. Hay cosas que van a ser más fáciles de aprender y que vas a practicar una sola vez en la vida. La mayoría de las situaciones, circunstancias o problemáticas que tenemos y tienes en la vida, serán aprendidas a través del ensayo y el error y ¡está bien! Equivocarnos está bien, volver a empezar también y la vida es sabia, nos mandará otra vez la posibilidad de aprender la lección cuando no lo hayamos hecho.
La última condición es que, eres imperfecta. Todas somos perfectamente imperfectas. Esta imperfección está físicamente en la diferencia de tus ojos, en el tamaño de tus pies, en nuestra manera de ser distintas, somos imperfectas de muchas maneras, y así estamos perfectamente hechos todos los seres humanos. Así que tu imperfección es perfecta, porque no hay perfección que rompa las reglas, ¡así somos todos, perfectos como todo en la naturaleza!
Todas estas condiciones de ser única, indivisible, irrepetible, finita, falible e imperfecta, las compartimos los seres humanos y aunque así sea, no lo tenemos en cuenta; la mayoría de las veces olvidamos que compartimos estas condiciones. Es cierto que también lo compartimos con el reino animal, pero existe una gran diferencia, como humanos tenemos la capacidad de estar conscientes de estas condiciones y esa conciencia es lo que te hace distinta y sabia.
Dime, ¿Cuántas condiciones sabías pero no recordabas? ¿Cuántas no conocías? ¿Las habías pensado de esta manera? ¿Cuál te sorprendió más? ¿Cuál te hace sentir maravillada contigo misma? Todas estas condiciones nos hacen parte de este mundo, y si todos y todas estuviéramos más conscientes de ellas probablemente estuviéramos más en paz con nosotras mismas, con menos prejuicios con respecto a nuestra humanidad. ¿Qué opinas?
Recuerda, que nunca es tarde para empezar tus cambios al interior. Me encantaría tener tus comentarios y saber qué te pareció éste artículo. Si te gusto ¡compártelo!
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